Pueden ser de 2 tipos: electrocutores o insectocaptores. Ambos cumplen la función de eliminar los insectos voladores utilizando la atracción que les produce la luz ultravioleta emitida por los tubos, la diferencia está en cómo los eliminan. Los electrocutores llevan una parrilla interior que electrocuta al insecto. Los insectocaptores atrapan los insectos en una placa adhesiva, lo que para el sector alimentario es más higiénico.
Al haber muchos modelos son muchos los ámbitos de instalación. Los hay con diseños modernos y decorativos que se pueden usar en domicilios particulares, en hostelería y restauración, comercios de alimentación, consultas médicas, etc. La línea industrial es específica para industria agroalimentaria donde se manipulen y envasen alimentos. También hay una gama específica para industrias con otros requisitos especiales como la presencia de agua o humedad en el ambiente, o atmósferas explosivas (ATEX).
Se recomienda el cambio de placas adhesivas cada 2 meses como máximo, y hacer el cambio antes si la placa ya está llena por un posible caso de infestación. Las placas tienen una cuadrícula amplia para facilitar el conteo de insectos voladores a los profesionales del control de plagas que lleven el mantenimiento del aparato.
Los principales fabricantes de tubos y bombillas recomiendan cambiar el tubo 1 vez al año. Porque aunque no esté fundida, la efectividad de atracción de la luz ultravioleta va disminuyendo con el paso de los meses. Hay que tener en cuenta, que este tipo de aparatos se recomienda tenerlos encendidos siempre 24h/7días a la semana para garantizar la máxima efectividad.
La característica inastillable en tubos y bombillas significa que llevan un recubrimiento de Teflón de alta calidad que evita el riesgo de proyección de esquirlas de vidrio en caso de rotura. Este recubrimiento no afecta a la intensidad de la emisión de luz UV. Uso recomendado en todo tipo de industria alimentaria y zonas críticas donde se manipulen, envasen y elaboren alimentos. Según recomendaciones de las normas APPCC, eliminando así riesgo por contaminación de vidrio, mercurio y riesgo por heridas.
Los artrópodos e insectos voladores son los que más potencial tienen de transmitir enfermedades a los humanos. Las plagas que transmiten enfermedades se denominan vectores. El vector recibe el organismo patógeno de un portador infectado, animal o humano, y lo transmite directamente por mordiscos, picaduras o infección de tejidos. El modo de transmisión más importante es a través de alimentación sanguínea. También las moscas en todas sus variantes puesto que suelen estar en contacto con objetos contaminados como heces de animales y residuos orgánicos como basura de la que se alimentan y luego se posan en la comida. Por eso es importante su control en la cadena alimenticia, desde que se produce el alimento hasta que se consume.
Los roedores causan diversos daños, desde romper un paquete de comida hasta roer cables y provocar un cortocircuito e incendios. Estos daños resultan muy costosos. Los roedores son seres vivos que acostumbran a vivir en sitios poco transitados y en muchas ocasiones en sitios donde la higiene es escasa, como por ejemplo en la red de alcantarillado. Esto quiere decir que son vectores de enfermedad, por la tanto pueden transmitir diversas enfermedades, principalmente contaminando alimentos.
No, todos los productos distribuidos por ProControl están libres de tóxicos, químicos y olores. No son nocivos para la salud ni el medio ambiente. La normativa europea se dirige hacia un control de plagas libre de venenos, ya que las consecuencias para la salud y el medio ambiente cada vez son más evidentes. ProControl se adelanta a la prohibición total de biocidas, combatiendo las plagas con medios naturales, físicos y eficaces.
Nuestras placas adhesivas ProGlu son 100% recliclables.
El APPCC (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control) HACCP en inglés, es un sistema de administración en el que se aborda la seguridad alimentaria a través de la identificación, análisis y control de los peligros físicos, químicos, biológicos y últimamente peligros radiológicos, desde las materias primas, las etapas de proceso de elaboración por la industria alimentaria hasta la distribución y consumo del producto terminado. Junto con las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM´s) son la base fundamental para garantizar la inocuidad de los alimentos. Todos los productos distribuidos por ProControl responden a exigencias APPCC.
En industria alimentaria: zonas críticas de producción, elaboración, envasado y almacenamiento de alimentos, ProControl siempre recomienda en sus aparatos el uso de tubos y lámparas inastillables para evitar el riesgo de esquirlas de vidrio en caso de rotura.
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