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Moscas e insectos voladores en verano, cómo controlarlos con insectocaptores

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En primavera el aumento de las temperaturas y el despertar del letargo invernal, favorece el desarrollo y proliferación de los insectos voladores, siendo el verano la estación clave cuando las condiciones ambientales favorecen de pleno las plagas de moscas, mosquitos, polillas y avispas. Éstos, en su búsqueda de alimentos, bebida y refugio penetran en aquellos lugares que son una fuente segura de cobijo y alimento como puede ser la industria alimentaria, los bares, las cafeterías y los restaurantes. También los supermercados y comercios de alimentación son susceptibles de padecerlas, y no olvidemos los hogares particulares. En definitiva, todo establecimiento donde se manipulen, almacenen, envasen, comercialicen o se sirvan productos destinados a la alimentación son un target para los molestos insectos.

Para prevenir una futura plaga, hay que hacer un MIP (Manejo integrado de plagas) realizado por profesionales durante todo el año. El objetivo principal es disminuir al máximo los factores de riesgo que posibilitan la proliferación de insectos y otras plagas, a través de mejoras ambientales, de infraestructura y paralelamente reducir la aplicación de productos tóxicos al máximo posible, a fin de prevenir su exposición al contacto humano y evitar intoxicaciones, enfermedades transmitidas por alimentos (ETAs), infecciones, enfermedades, molestias y pérdidas económicas.

Los insectocaptores de luz ultravioleta son una solución no tóxica muy eficaz en la prevención y control de insectos voladores en el sector alimentario. Son seguros para su uso en zonas alimentarias y seguros para las personas. Se recomienda su uso continuo 24 horas al día, 7 de la semana, 365 días del año. Se instalan en los puntos críticos donde haya comida, y su función es la de atraer los insectos mediante el fototropismo positivo que la luz ultravioleta ejerce sobre ellos. Una vez el insecto se posa en el equipo, queda atrapado en la placa o lámina adhesiva con cola especial con atrayente natural.

Existen diferentes modelos de aparatos mata insectos según el ámbito de aplicación.

Para la industria alimentaria se han diseñado modelos más potentes, que sigan siendo efectivos a pesar de las condiciones lumínicas, la potencia del equipo es importante también para tener en cuenta los m2 a cubrir. Habrá que instalar tantas unidades de insectocaptores como m2 haya que proteger. Su estructura es más abierta, para facilitar la entrada del insecto que resultará atrapado. El material de fabricación también requiere más resistencia y durabilidad, por lo que se fabrican en acero inoxidable de alta calidad para evitar la corrosión. Se suelen instalar en suspensión, debido a que las naves industriales son grandes espacios abiertos, pero también hay modelos versátiles multiposición como el modelo ProFly 40 o de colocación mural en pared, que ocupan muy poco espacio para no interferir en el paso de empleados o maquinaria como el modelo ProFly Mural 40 Acero Inox. Para zonas industriales especiales con humedad o con riesgo de explosión, existen equipos con protección especial IP65 y ATEX.

Los modelos más decorativos y discretos se usan sobre todo en espacios expuestos al público, como salas de restaurantes, barras de bar, cafeterías, y comercios de alimentación. El diseño se centra en esconder la placa adhesiva, dónde se recogen las capturas, al no ser agradable para la vista de los comensales. Son igual de eficaces pero cubren menos superficie en m2. En la imagen se muestra el nuevo modelo ProFly Star 20.

 

Áreas de paso: entradas y salidas al exterior, aquí instalaremos un insectocutor de parrilla eléctrica para crear una barrera protectora y evitar que entren muchos insectos al negocio. No recomendamos su uso en zonas de preparación de alimentos, ya que durante la electrocución de la mosca, pueden dispersarse restos de alas o patas hasta varios metros, contaminando lo que haya alrededor.

Mantenimiento: todos los aparatos requieren de un fácil y rápido mantenimiento, aconsejablemente cada 2 meses. El aparato debe limpiarse con un paño húmedo y una solución jabonosa no corrosiva, siempre con el dispositivo desenchufado.

  • Placas adhesivas: Deben cambiarse cada 2 meses aproximadamente, y con más frecuencia en caso de infestación.
  • Tubos y bombillas U.V.: No es necesario que el tubo esté fundido para que necesite ser sustituído. Los fabricantes recomiendan cambiarlos una vez al año, ya que por su uso continuado, la emisión del flujo luminoso disminuye progresivamente.
  • En zonas de elaboración, preparación o envasado de alimentos ProControl recomienda instalar siempre tubos inastillables que garanticen protección contra esquirlas de vidrio en caso de rotura o estallido.
  • El mantenimiento siempre debe hacerse con el aparato apagado y desenchufado.
  • Debe realizarse por un profesional del sector de plagas.

Un fallo en el control de insectos voladores puede suponer pérdidas ecónomicas, riesgo en la salud de los consumidores, y mala imagen para la empresa, con la consecuente pérdida de confianza por parte de los consumidores.

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